Antiguas dependencias monásticas de la Abadía Real de Besalú, en el extremo del Claustro y encoma de la muralla, que ofrecen hoy aposentos cálidos y espacios exteriores de ensueño cuidando el más más mínimo detalle. Consta de tres espacios outdoor y una planta baja interior de más de 80 metros cuadrados: una solemne entrada con vitrales históricos abre paso a un amplio salón/comedor comunicado con una gran cocina. Los señoriales espacios, amplios y altos techos con vuelta, son testimonio del esplendoroso pasado de la edificación. Dos dormitorios de cuidada decoración con cama matrimonial y posibilidad de cama supletoria, y un gran lavabo adaptado completan la finca.

Tres terrazas singulares rodean el alojamiento: en el sur un mirador sobre la antigua muralla con vistas a la orilla del río, los jardines del Molino y las huertas. Un lugar mágico donde disfrutar de las mejores puestas de sol de la Garrotxa junto a amigos y familiares. Al este, la gran Huerta de la Bovera, hoy gran terraza de 175 metros cuadrados con piscina, ofrece unas excepcionales vistas a la cabecera de la milenaria Iglesia de San Pedro. Entre las dos terrazas, discurre un tercer espacio que las comunica, por encima del histórico Portal de las Huertas.

La decoración ha preservado con elementos originales de las antiguas celdas con chimeneas, molduras y vitrales. La madera, bien presente en paredes y mobiliario, consigue, junto a las fibras naturales y una paleta de colores marrones y cremas, un ambiente altamente relajante y conectado con la naturaleza de su mágico entorno.

De sus muros cuelgan, por un lado, grabados originales que hacen referencia al rico pasado del pueblo y, por otro lado, antiguas fotografías del monasterio. Las fibras naturales, como el lino, la lana o el algodón consiguen, en cubrecamas, toallas, cojines y cortinas, el ambiente sereno y casero propio de los monasterios benedictinos. En sus interiores destaca el menaje de madera, vidrio y metal: damajuanas, jarras palanganeras o cestos lucen al lado de cómodas camas con baldaquino.

La Abadía supone un auténtico oasis de patrimonio, naturaleza y tranquilidad en el corazón del centro histórico de la Villa Condal con su espectacular puente románico, los callejones del barrio judío, las plazas medievales, una amplia oferta gastronómica y un privilegiado entorno histórico y natural.

Servicios: amenities ecológico, conexión wifi de alta velocidad, calefacción de gas, recogida selectiva, posibilidad de aparcamiento de bicicletas en las misma casa.
Ventajas para el huésped: descuento en Circusland y snacks gratuitos en la coctelería Formidable.
Lugares de interés cercanos: lago de Banyoles (13 km), volcanes de Olot (22 km), museo Dalí (25 km), Girona (34 km), pueblos típicos como Santa Pau, Rupit, Beget o Castellfollit de la Roca.
Distancias: Barcelona a 129 km, Perpiñán a 57 km, estación AVE Figueres-Vilafant a 23 km.