Airbnbs en Menorca

Menorca es parte de las Islas Baleares que se encuentran en el mar Mediterráneo. A diferencia de sus islas vecinas, Ibiza y Mallorca, que gozan de vidas nocturnas animadas y hoteles de lujo, Menorca es más discreta y aún mantiene la gran parte de sus playas salvajes y llenas de vegetación. Visita pueblos de postal, miradores de ensueño y faros encantadores que parecen salidos de un cuento de hadas. Esta isla mágica y sus playas paradisíacas son perfectas para tus próximas vacaciones.

Pasa tus vacaciones en un alojamiento precioso a escasos metros de la costa del Mediterráneo, equipado con todas las comodidades que necesitas para hacer de tu estadía en la isla algo maravilloso. Toma el sol al lado de la piscina, o juega con los niños en el jardín lleno de palmas y césped verde. Mira las estrellas desde la comodidad de tu terraza mientras degustas un buen vino. Vive tus vacaciones en la isla de Menorca al máximo con la ayuda de Holidu.

Las calas de agua cristalina son uno de los principales atractivos de la isla. A diferencia de Ibiza o Mallorca, las playas de Menorca se mantienen tranquilas y vírgenes, aún rodeadas por bosques de pino y abundante vegetación. Disfruta de playas de fina arena blanca como las calas Mitjana y Mitjaneta o adéntrate en las playas de arena rojiza del norte como Cala Pregonda. No olvides llevar tus equipos de submarinismo para poder apreciar la belleza del fondo marino de Menorca.

Además de playas paradisíacas, Menorca es el lugar de ciudades con una gran riqueza cultural y arqueológica. Esparcidos por la isla podrás encontrar monumentos prehistóricos de gran importancia como la Naveta Des Tudons, la Torre d’en Galmés y la Necrópolis de Cala Morell. Da vueltas por el centro colonial de Mahón y por la ciudadela medieval de Ciutadella, una de las ciudades más bellas de la isla. Atrévete a pasar por alguno de los pintorescos pueblos de pescadores, como Fornells y Binibeca, donde podrás perderte un rato entre hermosas fachadas y calles blancas.

Una playa emblemática de la isla con una peculiar arena roja que la diferencia de todas las demás. Además, sus islotes hacen del oleaje bastante tranquilo, por lo que podrás disfrutar de las aguas cristalinas de Menorca sin preocupaciones. Recorre la costa de este pequeño paraíso y si eres amante de los deportes acuáticos, lleva tu snorkel y disfruta del fondo marino.

Con callejuelas entramadas y casas encaladas de fachadas blancas, este pueblo al sur de Menorca es uno de los más pintorescos de toda España. Este pequeño pueblo de pescadores parece sacado de una postal, y es un destino que no puedes dejar pasar en tu visita por la isla. Piérdete en sus calles laberínticas y no olvides traer tu cámara para llevarte unas cuantas fotos como recuerdo.

Solía ser la antigua capital de Menorca, en la actualidad es una ciudad que conserva un hermoso casco histórico medieval de calles estrechas y rincones encantadores. Algunos de los edificios que puedes visitar son el Castillo de San Nicolás, la hermosa Catedral gótica, la Plaza del Borne y el Mercado del Pescado.

Es el punto más alto de la isla, elevándose a unos 358 metros por encima del nivel del mar. Desde la cima puedes tener unas envidiables vistas panorámicas de toda la isla e incluso puedes llegar a divisar la isla vecina de Mallorca. Al llegar arriba, no olvides darle una visita al Santuario de la Virgen del Monte Toro, una construcción del s. XVII que se encuentra allí.

Está ubicado en el Parque Natural de la Albufera del Grau, al norte de la isla. El cabo sobre el que se sitúa este faro es algo único en toda la isla, es una punta rocosa de pizarra negra y vetas de óxido con muy poca vegetación a su alrededor que, más que un terreno en Menorca, parece ser un pequeño pedazo de la Luna. Pasa una tarde en este faro de película y presencia un atardecer fuera de este mundo.

Tomate una cerveza mientras vez el sol caer en este peculiar local que se encuentra dentro de una cueva. Además de vistas envidiables al mar, esta discoteca cuenta con varios miradores, música en vivo y una pista de baile.

Fue ocupada por los ingleses varias veces, y es algo que puede notarse en la sobria y elegante arquitectura que adorna la ciudad. Su puerto ha estado en funcionamiento por más de 2000 años y es uno de los puntos más hermosos de la localidad. Atrévete a perderte entre las casas palladianas del centro y no olvides degustar el queso de Mahón antes de irte.