Cabañas en Castilla-La Mancha

A pie, a caballo, en bici, por agua, por tierra y mar… Ya sea que llegues en busca de sosiego o de aventuras excitantes, Castilla-La Mancha ofrece a lo largo y ancho de su territorio bellísimos rincones de naturaleza que permiten disfrutar de experiencias inolvidables en sus paraísos naturales, rápidos de aguas cristalinas, bosques centenarios, majestuosas sierras, destinos starlight… Más de un centenar de espacios naturales protegidos, dos parques nacionales y siete parques naturales. Por eso, si disfrutas del contacto con la naturaleza, no dudes en reservar una cabaña en Castilla-La Mancha para tus próximas vacaciones.

Castilla-La Mancha cuenta con lugares muy saludables y descongestionados, parajes limpios y puros que además de ser perfectos para perderse y desconectar, son el escenario ideal para disfrutar de aventuras y experiencias únicas. Sus hermosos valles, sus imponentes montañas, sus profundos cañones, sus serpenteantes ríos y sus preciosas lagunas son perfectas para la práctica de una amplia oferta de actividades de turismo activo, como senderismo, paseos a caballo, observación de aves, rafting, escalada, etc. Por eso, si decides reservar una cabaña en Castilla-La Mancha, no te quedará ni un solo minuto para aburrirte.

Las acacias solitarias, las llanuras de matorrales y las increíbles puestas de sol de Cabañeros harán que por momentos te sientas en el Serengueti africano. Un paraje de incomparable belleza que atesora una de las muestras de bosque mediterráneo más valiosas de la península y de los mejores lugares para disfrutar de la berrea en otoño.

Situado entre las provincias de Cuenca y Guadalajara, el Alto Tajo ofrece un singular paisaje de cañones y hoces fluviales y formaciones de areniscas rojas y rocas calizas. El barranco de la Hoz, la cascada de Poveda de la Sierra, la laguna de Taravilla y el mirador de Zaorejas son algunos de los puntos más destacados.

Uno de los rincones más bellos de la Serranía de Cuenca es el Nacimiento del Río Cuervo, donde se forma una increíble cascada tobácea. Para llegar hasta él, es necesario tomar un sencillo sendero circular en Vega de Codorno, que nos llevará al cerro de San Felipe, donde mana. Además, en la zona podrás ver los miradores de Las Majadas y el barranco de Poyatos.

El Parque Nacional de las Tablas de Daimiel es un ecosistema único en la meseta, compuesto por las aguas de dos ríos de distinta naturaleza, uno de aguas saladas y otro de aguas dulces. Camina entre las pasarelas de madera sobre el agua y haz alguna pared en sus observatorios de aves. Además, podrás hacer un divertido recorrido en todoterreno.

El precioso pueblo de Cantalojas nos da acceso al hayedo más extenso del Sistema Central, un bosque único, conservado en un extraordinario microclima que forma parte de los hayedos primarios de los Cárpatos y otras regions del continente europeo. La Senda de las Carretas es perfecta para descubrir algunos de los paisajes más bellos de este lugar.

Siguiendo el curso del río Júcar, a 23 km de Cuenca, nos encontramos con uno de los paisajes más hermosos de la serranía, el Ventano del Diablo, una especie de cueva horadada en la roca enclavada en una impresionante hoz que permite contemplar cómo el río se abre paso por una estrecha garganta.

Las Lagunas de Ruidera son el conjunto de humedales más extenso de Castilla-La Mancha. El río Guadiana aparece y desaparece, como por arte de magia, dando lugar a 15 lagunas dispuestas en cadena y unidad entre sí por arroyos y cascadas y conductos subterráneos. En la localidad de Ruidera hay un sendero que conduce hasta la Quebrada del Toro y contemplar las lagunas desde varios miradores.