Apartamentos y alquileres en Arinaga

La localidad de Arinaga se encuentra en el municipio de Agüimes y solía ser el principal abastecedor de cal de la isla. En la actualidad cuenta con un polígono industrial que se ha convertido en su principal fuente de ingresos. El pueblo que se encuentra a su lado se mantiene local, con poca afluencia de turistas y con pequeñas playas y rincones naturales que se mantiene salvajes. Sus playas son pequeñas reservas de riqueza marina perfectas para el submarinismo, y los restaurantes que le rodean pequeños refugios de auténtica comida canaria.

Disfruta de tus vacaciones en un alojamiento acogedor, equipado con todas las comodidades y en una locación envidiable desde donde podrás tener a toda la ciudad de Arinaga al alcance de tus manos. Deléitate con preciosas vistas al mar desde la comodidad de tu salón. Planea una noche de películas luego de volver de la playa, o sal a comprar mariscos frescos de la localidad y prepara una deliciosa cena en la cocina. Con Holidu, puedes encontrar hermosos alojamientos a los mejores precios.

Las playas de Arinaga son de roca y de mantos de arena negra que se revelan cuando la marea baja. Cuentan con un oleaje medio y con mucho viento, por lo que son lugares maravillosos para la práctica de deportes acuáticos como el surf y el windsurf. La poca afluencia de turistas y su poca masificación en general hace de estas playas bastante tranquilas y despejadas. Son espacios naturales que mantienen su esencia y toda su vida marina intacta. Atrévete a zambullirte en las aguas cristalinas de Arinaga.

Lo primero que debes empacar para tu viaje a Arinaga son las gafas de buceo. Las costas de Arinaga son perfectas para la práctica de submarinismo debido a la poca profundidad del agua y a la increíble biodiversidad que yace por debajo de la superficie. Los puntos más populares para practicar estas actividades son la Playa del Cabrón, la Playa de Arinaga y la Bahía de Risco Verde. Y para aquellos que apenas se están iniciando en este deporte o están curiosos, prueben a adentrarse en las tranquilas aguas del Soco Negro.

Antes de la instalación de su polígono industrial, Arinaga solía ser una localidad cuyo principal medio de ingreso era la obtención de cal. Dentro de los antiguos Hornos de Cal se encuentra el Museo, un complejo en el cual te explicarán todo el proceso de obtención de este material. Luego de tu recorrido, puedes comer un bocadillo en el restaurante que también yace en su interior.

Algas, fulas y gueldes de diversos colores son algunas de las especies marinas que habitan por debajo de las aguas de la costa de Arinaga. El fondo marino de Risco Verde es rico y diverso. Disfruta de la gran biodiversidad que tiene el archipiélago de Gran Canaria para ofrecer desde la tranquilidad de las costas de Agüimes.

Esta playa se encuentra al norte de Arinaga y es una de las mejores para darse un capuzón debido a sus aguas tranquilas. De arena rubia y poca extensión, esta playa aún no ha sido masificada, por lo que es un lugar maravilloso para descansar y conectar con el entorno natural.

Si quieres disfrutar de un baño en aguas saladas sin tener que lidiar con oleaje, la piscina natural del Soco Negro es un lugar perfecto para visitar. Debido a su poca profundidad y a su falta de oleaje, también es un lugar perfecto para buceadores principiantes y niños. Sin tener que sumergirte demasiado podrás divisar gran variedad de peces, erizos, cangrejos y algas.

Recorre toda la costa de Arinaga a través del paseo marítimo, una caminata en la que encontrarás diversidad de bares y restaurantes. Al final del tramo encontrarás el muelle de Arinaga desde donde puedes darte un chapuzón hacia la playa como suelen hacerlo los locales.

El restaurante La Vaquería Las Salinas es uno de los más conocidos de Arinaga. Con una decoración bastante pintoresca, es un lugar maravilloso para degustar la más auténtica comida canaria con ingredientes locales de gran calidad. Su plato estrella es el bocadillo de pata con queso tierno, una delicia que es el mejor acompañante en un día de playa. No olvide probar otro de sus platillos con cochino negro canario.

Es uno de los pocos faros del s. XIX que siguen en pie, con sus características franjas blancas y rojas aún vibrantes y un ojo de cristal que vigila la costa. Además de ser el punto perfecto para disfrutar de las maravillosas vistas hacia el mar, posee un restaurante al lado en el que puedes disfrutar de una deliciosa comida mediterránea.