Casas rurales en Peñíscola

¿Estás buscando alquileres vacacionales cerca de la playa pero en zonas residenciales más tranquilas donde puedas huir del agobio y las masificaciones turísticas? Entonces no dudes en reservar una casa rural en Peñíscola. En Holidu encontrarás numerosas opciones repartidas por las urbanizaciones de Los Olivos, Finca del Moro, Font Nova y Peñismar 2, a las afueras del casco urbano. No obstante, la mayoría se concentran en el complejo Peñisol, muy cerca de todo tipo de servicios y a escasos minutos del Castillo de Peñíscola. ¿Sabes ya dónde vas a reservar tu casa rural en Peñíscola?

Aunque es posible encontrar algunos alquileres más baratos ubicados en recintos cerrados con zonas comunes, la opción más habitual son las casas rurales totalmente independientes con jardín y piscina propia, lo que te permitirá disfrutar de un mayor grado de privacidad y de unas relajadas vacaciones sin que nadie te moleste. Las más habituales son las que ofrecen espacio para 4, 5, 6 y 8 personas, por lo que son muy recomendables tanto para familias con niños como para grupos de amigos. Pudiendo traer a tu mascota con vosotros sin problema, pues muchas casas rurales de Peñíscola permiten alojarse con perros. Completamente equipadas con todo tipo de servicios, como televisión, WiFi, aire acondicionado o garaje privado para que no tengas que preocuparte por encontrar aparcamiento para tu coche.

La playa por excelencia es la Playa Norte, que se extiende a lo largo de 5 km y cuenta con una anchura media de orilla de unos 44 metros, lo que permite disfrutar de ella sin agobios. Además, cuenta con unas excelentes infraestructuras y servicios turísticos, y con una amplia oferta de actividades deportivas, lo que la hace ideal para familias con niños. Si buscas algo más íntimo y tranquilo, te recomendamos Cala del Moro, Playa Basseta, Cala Puerto Azul, Playa del Pebret, Cala de L’Aljub o playa Irta. ¡Reserva una casa rural en Peñíscola cerca de la playa y disfruta de ellas todo lo que quieras!

Entre las localidades de Peñíscola, Santa Magdalena de Pulpis, Alcalá de Chivert y Alcocéber se encuentra la exuberante Sierra de Irta, una de las últimas sierras vírgenes de la costa valenciana. Un tesoro que se extiende a lo largo de 13 km de costa abrupta y salvaje que se mantiene intacta. Un verdadero paraíso para los aficionados al senderismo. Si es tu caso, no dudes en reservar una casa rural en Peñíscola para tus próximas vacaciones.

Conocido también como el Castillo del Papa Luna, esta imponente fortaleza se ubica en el punto más alto del peñón que domina la ciudad. A lo largo de la visita podrás ver las bóvedas de cañón de las salas templarias, el salón gótico, el patio de armas, la iglesia y las estancias del papa. Además de disfrutar de unas vistas espectaculares del casco antiguo y del mar.

El casco antiguo de Peñíscola se encuentra en la parte baja del castillo. Una verdadera joya de estética medieval que sigue conservando su entramado de estrechas callejuelas empedradas, flanqueadas por antiguas casas encaladas con fachadas llenas de coloridas flores.

El Faro de Peñíscola ofrece una de las estampas más hermosas del Mediterráneo de toda la Costa de Azahar, sobre todo al ponerse el día, cuando el cielo se tiñe de tonalidades rojizas, amarillas, anaranjadas y púrpuras. Se ubica bajo el Castillo del Papa Luna y fue construido en 1899.

La Casa de les Petxines o de las Conchas es uno de los edificios más emblemáticos de Peñíscola. Llama la atención porque su fachada está totalmente cubierta de conchas marinas que la familia propietaria fue intercambiando por tabaco a los marineros de la zona hace más de cinco décadas.

El Museo del Mar es un imprescindible para todos aquellos que quieran descubrir la relación de los lugareños con el mar a lo largo de los siglos. Durante el recorrido podrás ver una impresionante colección de documentos y materiales audiovisuales como dibujos, fotos y grabados, así como anclas, maquetas de barcos, cascos de bronce y ánforas.

El Bufador de Peñiscola e un entrante de las rocas que da lugar a un pozo visible desde el interior del pueblo que, cuando el mar está picado o hace mucho viento, puede llegar a ser bastante alto. Esto lo ha convertido en uno de los lugares más populares entre los turistas.

Si te gustan los barcos de pesca, no dejes pasar la oportunidad de dar una vuelta por el puerto, donde podrás ver las típicas embarcaciones de pesca tradicionales. Además, con un poco de suerte, podrás ser testigo de cómo los pescadores llegan después de una dura jornada para dejar sus capturas en la lonja o arreglando las redes.