Escapada romántica en Sierra de Guadarrama

¿Por qué alquilar una cabaña con encanto en la Sierra?

Escoger una cabaña de madera con la chimenea ya preparada o una casita rústica con las vigas vistas en algún pueblo con mucho encanto no es solo buscar un techo bajo el que dormir, es elegir el escenario perfecto para una historia de amor. Aquí, las mañanas pueden comenzar con un desayuno pausado en vuestra terraza privada, viendo cómo la niebla de la mañana juega a las escondidas con las copas de los árboles, sin que ningún horario os apremie. La libertad que os brinda tener vuestro propio espacio es, creedme, lo que marca la diferencia. Por la tarde, después de haber explorado los riscos de La Pedriza o de haber paseado por las pistas del Puerto de Navacerrada, podéis regresar a vuestro refugio, quizás para leer en el sofá uno junto al otro o, simplemente, para disfrutar de un silencio que solo rompe el canto de un pájaro o el crujir de la madera. Y aunque ahora hablemos de esta sierra que vigila Madrid, lo cierto es que la esencia de refugiarse en la naturaleza es universal, tanto si os seduce la idea de buscar casas rurales en Asturias para escuchar el rumor del Cantábrico, como si os tientan los alquileres vacacionales en La Coruña para sentir la bravura del Atlántico. ¿Os decidís a reservar hospedaje con Holidu y pasar unos días inolvidables en plena naturaleza?

¿Qué podéis hacer durante vuestra escapada de fin de semana?

Aunque el tiempo sea limitado, la sierra os tiende la mano con un sinfín de experiencias que perdurarán en vuestro recuerdo. Por ejemplo, podéis dedicar una mañana a perderos sin rumbo por las callejuelas empedradas de Cercedilla o de Manzanares el Real, este último con su castillo que se alza sobre el paisaje como un guardián de otro tiempo, ofreciendo estampas preciosas para vuestro álbum de pareja. Pero si os apetece un plan más activo, quizás una ruta sencilla hasta la cascada del Purgatorio o un paseo en el tren de la naturaleza os invitará a renovar vuestra energía. Y cuando el aire se enfríe, pocas cosas hay más románticas que buscar el calor de un restaurante con olor a leña, donde pedir un cocido madrileño que os reconstituya por dentro o unas judías con perdiz llenas de sabor y aroma a la cocina de la meseta. Luego, la noche se convierte en vuestra mejor aliada; abrigaos bien y salid a contemplar el manto de estrellas, lejos de la fuerte luz de la ciudad, y sentid por un momento que el universo entero es sólo para vosotros. Para quienes partáis desde la capital, la suerte es que existen hostales en Madrid que son la puerta de entrada directa a este destino maravilloso, todo remanso de paz donde perderse en pareja.