Casas rurales en Vall-llobrega

Las casas rurales de Vall-llobrega son perfectas para viajeros que quieren disfrutar de unos días de tranquilidad pero sin renunciar a la cercanía con el mar. Podrás alojarte en un entorno rodeado de paisajes preciosos y, al mismo tiempo, estar a pocos minutos de las playas de Palamós y Calonge. Un destino ideal para desconectar y olvidarse del mundo. Si esto es justo lo que necesitas, no dudes en reservar una casa rural en Vall-llobrega para tus próximas vacaciones.

La mayor parte de las casas rurales de Vall-llobrega son antiguas masías rehabilitadas que siguen conservando el encanto de tiempos pasados. Con fachadas de piedra e interiores muy acogedores, decorados tanto con estilo rústico como más actual. Con estancias espaciosas y todas las comodidades necesarias para que te sientas como en casa. Pero además, la gran mayoría de las casas rurales de Vall-llobrega disponen de jardín y piscina, por lo que son una opción muy interesante para pasar unos días en julio o agosto.

Las casas rurales de Vall-llobrega se encuentran ubicadas en un entorno natural privilegiado en el Prepirineo, el Espacio Natural Protegido de las Gavarres. Rodeadas de exuberantes bosques y envueltas en un ambiente de absoluta paz y tranquilidad, por lo que son ideales para aquellos que busquen privacidad. El escenario ideal para disfrutar de numerosas excursiones entre bosques de robles y hayas que conforman imágenes de postal en los meses de primavera y otoño.

Si disfrutas practicando actividades de turismo activo, no dudes en reservar una casa rural en Vall-llobrega. Y es que su entorno natural conforma el escenario ideal para la práctica de multitud de opciones deportivas: rutas de senderismo y BTT, paseos a caballo, quad, etc. pero además, podrás disfrutar simplemente de la belleza del paisaje y visitar monumentos megalíticos o pozos de hielo.

El Castillo de Calonge fue construido en el siglo XI y cuenta con un magnífico patio de armas rodeado de murallas con almenas y una antigua torre de planta casi cuadrada. Fue propiedad de los condes de Girona y, posteriormente al Monasterio de Sant Feliu de Guíxols.

A sólo 2,5 km del casco urbano se encuentra la iglesia de San Mateo, un precioso templo del siglo XVII que consta de una única nave con dos capillas laterales y que destaca por el campanario de espadaña, la pila bautismal del siglo XVII y la inscripción en latín de la fachada.

El Museo del Corcho ofrece un fascinante recorrido por el bosque de alcornoques, su corcho y su transformación en distintos objetos. Además de conocer la historia de la que fue la mayor fábrica de España y una de las más importantes del mundo.

La Ruta del Tren Petit es una vía verde de 6 km que conecta Palamós y Palafrugell. Discurre por una antigua vía ferroviaria estrecha y puede recorrerse tanto a pie como en bicicleta. Cuenta con un ramal de medio kilómetro, otro en Mont-ras de 800 metros y otro hacia la playa de Castell.

Si eres aficionado al enoturismo, te interesará saber que en Vall-llobrega se encuentra la bodega Celler de Can Sais, donde podrás disfrutar de una visita guiada para conocer todos los secretos del proceso de elaboración de sus caldos y conocer la finca, además de participar en una cata al finalizar el recorrido.

Calella de Palafrugell es uno de los barrios marítimos más emblemáticos de Palafrugell y uno de los rincones con más encanto de la Costa Brava. Merece la pena pasear por sus estrechas callejuelas y dejarse llevar por el encanto de este pintoresco lugar donde todavía se conservan muchas casas de estilo marinero.

Si decides pasar en la zona unos días en verano, no dejes pasar la oportunidad de ir a alguna de las playas de Palamós y Palafrugell. Y es que este tramo de litoral es uno de los más bellos y más vírgenes de toda la Costa Brava. Playas de aguas cristalinas y rodeadas de naturaleza que te transportarán a otro mundo.