Escapada de fin de semana a Navarra

Escapada de fin de semana a Navarra

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Descubre una escapada de fin de semana a Navarra

¿Te ha pasado eso de soñar con un lugar donde lo salvaje y lo antiguo se mezclan de una forma que casi no se puede explicar? Pues Holidu te garantiza que una escapada a Navarra es justamente eso. Es como si en un solo fin de semana pudieras pasear por bosques navarros de hayas tan mágicos que jurarías que los duendes existen, explorar castillos de cuento que vigilaban fronteras ya olvidadas, o quedarte boquiabierto con unos paisajes desérticos que te harán sentir en una película del oeste. La verdad es que esta tierra tan diversa entre sus montañas y su ribera, es un cúmulo de sorpresas. En solo dos días, Navarra te hará sentir que has viajado por medio mundo haciendo apenas unas decenas de kilómetros.

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Vive Navarra en un fin de semana inolvidable

¿Merece la pena alojarse en una casa rural o apartamento en Navarra?

Meterte en una de las casas rurales en Navarra de Holidu no es solo buscar dónde dormir; es conectar con la esencia del lugar, algo que nunca sentirías en un hostal en Madrid. Imagina cómo te despiertas en una casa de piedra centenaria, con unas vistas que quitan el hipo hacia los valles del Pirineo, prepararte un café con un queso de Idiazábal que compraste en el pueblo de al lado, o simplemente, deleitarte escuchando ese silencio de verdad, que solo se encuentra lejos del mundanal ruido. Ahora puedes dejar atrás ese runrún de la ciudad. Aquí el tiempo parece haberse parado para darte un respiro, te invita a marcarte tu propio ritmo, a perderte por senderos donde la tierra huele a lluvia reciente y a encontrarte con los rincones secretos de Navarra que no vienen en las guías. ¿Has pensado ya en convencer a tus acompañantes para venir al norte de España? Holidu te lo pone fácil

¿Y qué se puede hacer en un finde por Navarra?

Aunque tengas poco tiempo de estancia, Navarra está tan llena de vida que cada minuto vale oro. Podrías dedicar un día a perderte por la Selva de Irati, un mar verde interminable que te dejará sin palabras, y al siguiente recorrer las Bardenas Reales, en donde el paisaje se vuelve tan hermoso, rudo y seco que parece de otro planeta. Si te gusta la historia, el Castillo de Olite es un auténtico sueño medieval hecho realidad, y para un momento de paz y sosiego, el Monasterio de Leyre es realmente mágico, con sus cantos gregorianos que resuenan entre piedras con siglos de historia. Y si te sobra algún día, siempre puedes estirar el viaje para descubrir las casas rurales en Asturias, la verdad es que es otro mundo. Pero con solo un fin de semana, Navarra te llenará por completo. Para que no se te pase nada, échale un ojo a la web oficial de turismo de Navarra, que es una mano santa para organizarlo.

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Preguntas frecuentes: Escapada en Navarra

¿Cuándo es la mejor época para ir?

Sin pensarlo dos veces, primavera y otoño son las estaciones cuando Navarra se pone más hermosa. Entre mayo y junio, los campos están de un verde increiblemente bellos, y hace un tiempo tan bueno que dan ganas de caminar y estar en la calle. Luego, en septiembre y octubre, los bosques se vuelven de colores ocres, rojos, amarillos... una explosión que te dejará con la boca abierta. En estas épocas, además, no vas a sufrir el calor del verano ni pasarás ese frío del invierno que procede de la montaña. Es ese punto perfecto donde todo, simplemente, encaja.

¿Hace falta coche para moverse por Navarra y sus pueblos?

La verdad, si quieres exprimir el finde al máximo, no lo pienses demasiado. En Pamplona y pueblos grandes hay una buena red de transporte, pero lo bueno, lo que de verdad merece la pena, está escondido en esas carreteritas de pueblo que se esconden entre los valles, en aquellos pueblecitos con más historia que habitantes y en los miradores secretos que solo encuentras si te sales un poquito del mapa. Llevar tu propio coche es tener ese lujo de poder improvisar, de torcer por un camino solo porque pinta bien y de hacer un viaje que sea solo tuyo, lejos de todos los circuitos de siempre. Ya sabes que si necesitas hacer noche en la capital, puedes reservar en los hostales en Madrid que Holidu pone a tu disposición.

¿Y si voy justo de tiempo? ¿Qué es lo que no me puedo perder?

Si el finde es corto, es recomendable centrarse en tres cosas que tienen todo el espíritu de Navarra. Primero, un paseo por las murallas de Pamplona, siguiendo la huella del encierro y empapándote de sus calles con ese aire tan especial, ese aroma al norte de España. Segundo, una visita a las Bardenas Reales, donde el paisaje es tan brutal, inmenso y silencioso que te hará empequeñecer. Y tercero, sentarte a comer en algún sitio de los de toda la vida, donde puedas probar platos tradicionales como los espárragos, las pochas o el cordero, que son como un viaje al sabor auténtico de aquí. Con esto, aunque sea en un fin de semana, te llevarás una idea muy fiel de lo que es Navarra.

¿Hay sitios con encanto para dormir?

¿Lo dudabas? Navarra está llena de opciones con un montón de personalidad. Más allá de los hoteles de siempre, hay una red estupenda de casas rurales en Navarra que han rehabilitado viejas edificaciones con mucho carácter, algunas de ellas metidas en plena naturaleza. También puedes dormir en monasterios reconvertidos o incluso en posadas que parecen sacadas de la edad media. Eso sí, si vas en Sanfermines o en puente, nuestro consejo es que reserves con tiempo, porque los sitios con más magia van a estar con el cartel de "completo".

¿Cuáles son los platos que no puedo dejar de probar de la gastronomía navarra?

Adentrarse en la comida de aquí es como hacer un recorrido por toda la esencia de la tierra navarra. Los espárragos de la Ribera, con su puntito amargo, son lo más famoso, pero no te quedes solo ahí. Prueba las pochas, que son tan tiernas que se deshacen solas, o el cordero al chilindrón, que es una auténtica maravilla. Y si es temporada, la trufa negra es un lujo que hará tus delicias. Tampoco te vayas sin probar los quesos de Idiazábal o Roncal, que saben a los pastos de montaña de donde vienen. Y todo esto, ¿con qué? Pues siempre con los vinos de la tierra, que aquí maridar bien es fundamental e ineludible.